Senna. "The King of Monaco"
En este artículo repasamos lo que llevo al gran Ayton Senna Da Silva a consagrarse como el "Rey de Mónaco".
SCF
9/15/20233 min read


Ayrton Senna Da Silva, para muchos, el mejor piloto que jamás haya competido en la máxima categoría del automovilismo. Compitió en un total de 161 grandes premios, acumulando 41 victorias en su carrera. Se consagró campeón del mundo en tres ocasiones; 1988, 1990 y 1991 cuando pilotaba para la escudería McLaren. Recordado por ser extremadamente rápido en la pista y su habilidad innata para conducir en situaciones extremas como la lluvia, lo convertía en el piloto más completo de la parrilla.
Amaba a su familia y respetaba a sus padres. Cercano a Dios y empático con su país y gente. Sus esfuerzos detrás del volante y fuera de él, fueron imitados por algunos de sus contemporáneos, pero seguramente él fue la mejor persona que se sentó en un coche de F1.


La primera victoria de Senna se produjo en 1987, pero su debut en las calles de Montecarlo fue una exhibición digna de una leyenda. Fue una de las mayores demostraciones de talento de una joven piloto en la historia. Así que hablemos de esa carrera.
Al comienzo de la temporada, Senna había logrado buenos resultados en dos carreras, había terminado sexto en los GP de Sudáfrica y Bélgica, una hazaña significativa para un equipo pequeño como Toleman, que había comenzado la temporada con el coche del año anterior, por los escasos recursos económicos que tenían a comparación de las grandes escuderías.
En Mónaco, su objetivo era buscar algo similar, sobre todo porque empezaban desde la parrilla 13. Sería la primera vez que Senna conducía por las estrechas calles del Principado, que normalmente dificultan las cosas a un novato. Aquel 3 de junio de 1984 que pasó a la historia de la F1 también estuvo marcado por la fuerte lluvia que cayó sobre la región de Mónaco. Después de la primera vuelta, Senna se encontraba en el noveno lugar. Y así comenzó no solo la historia del Rey de Mónaco, sino también la del Señor de la Lluvia.
En la vuelta 10, Senna había pasado a la séptima posición. En la vuelta 14, Senna adelanto a René Arnoux y las cámaras de televisión comenzaron a enfocar exclusivamente al brasileño, un novato en la F1 que también debutaba en el GP de Mónaco. Dos vueltas después, Mansell perdió el control de su Lotus y también el liderato de la carrera. Si en condiciones normales era difícil ir rápido en Mónaco, la lluvia lo hacía prácticamente imposible.
En tercer lugar, los únicos coches por delante de Senna pertenecían al equipo dominante ese año: los Mclaren de Niki Lauda y Alain Prost. La maniobra para adelantar al austriaco fue una de las más bonitas de la historia del GP. Nadie podía creer la facilidad con la que un Toleman había vencido a un McLaren, el coche que había ganado cuatro de las cinco carreras hasta ese momento en 1984.
El dominio de Senna bajo la lluvia era evidente, y la brecha de 35 segundos entre él y Prost estaba desapareciendo rápidamente. En la vuelta 31, cuando Senna estaba a solo 7 segundos del francés, Jacky Ickx, director de carrera, suspendió esta, alegando que era demasiado peligroso para continuar.
A pesar de la sensación de que podría haber ganado, Senna celebró su primer podio en la F1, terminando en segundo lugar, y su primera clase magistral en Mónaco.






Para mí, la grandeza de Senna, recae en que sin ser el piloto con más campeonatos mundiales, ni el más ganador, ni aquel con el récord de pole positions, sin embargo, tiene un sitio especial en la historia, para aquellos que tuvieron la fortuna de verlo correr, no cabe duda que fue un piloto único, un fuera de serie.